Como nace una muñeca

Ahora entiendo el inicio del cuento de Pinocho, cuando el tronco, antes de ser cortado, ya tenía carácter.

Cuando sujeto una figura de madera con mis manos, me la miro, le doy vueltas y me la remiro: la siento. La figura me "habla", alguien quiere aparecer ahí, alguien quiere nacer. En las vetas de la madera veo contornos, a veces veo una barba, el cabello de una mujer o la cara de un niño. A veces, la madera y yo nos comunicamos muy rápidamente y en seguida comienzo a dibujar, este proceso es muy agradable y placentero. Otras veces no nos entendemos, y tengo que dejar la pieza sobre la estantería durante un tiempo, hasta que se me aparece la idea adecuada; cuando esto ocurre, me da muchas ganas de comenzar a dibujarla de inmediato.

Por ahora pinto Muñecas Rusas y Tentetiesos, juguetes para niños al fin y al cabo, y es que me gusta mucho todo lo que rodea a los más pequeños; es por esto que encuentro la inspiración el aquellos que se dedican a hacer juguetes, especialmente de épocas pasadas.

La forma redondeada del Tentetieso, me recuerda mucho algunas monjas del siglo XIX a las que les tengo mucha simpatía. Se dedicaban a elaborar ropas eclesiásticas, y con los recortes que les sobraban, hacían juguetes. El juguete más popular era una pelota de ropa con una caja de corteza de madera en su interior que hacía de sonajero.















Museo de historia de Moscú.
Finales del siglo XVIII.

Pelota de ropa hecha en el monasterio Hotkovsky.

Foto extraída del libro:
"Muñecas y pelotas de ropa.
Juguetes de la cultura rusa"
Autor: Galina Dine



Los esbozos iniciales me ayudan a definir la forma y los colores que aplicaré.









Y aquí el resultado.



































Otro ejemplo, este se trata de un campesino en ropa de invierno.



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